Aquí estoy de nuevo, esta vez con un escrito que se me ocurrió en mi camino de regreso a casa cuando iba a la parada del camión y las flores de los árboles caían alrededor.
Todos somos como un árbol de jacaranda
con ramas altas como metas,
con ramas bajas como fracasos,
y en cada una de esas ramas...
hay sueños, ilusiones y deseos como flores.
Hay una época en la que sus ramas,
están llenas de esas pequeñas flores moradas
que si miras al árbol te soprenderá con su belleza.
La belleza de la persona llena de vida y esperanzas.
Sin embargo hay otras en que una a una,
las flores vuelan en dirección al piso.
Las ramas se van quedando vacías,
como un corazón pierde las ilusiones.
De esas flores, algunas son pisadas, maltratadas.
Otras se van con el viento y son olvidadas.
Así las personas olvidan los sueños que querían seguir,
olvidan sus metas...
Al final los árboles ya no tienen hojas que enseñar,
pero no por eso ya no son bellos.
Las personas pueden perder sus metas, sus sueños y sus ilusiones,
sentirse solos, olvidados, confusos o perdidos ...
pero no por eso, deben abandonar la vida.
Por que al final, al llegar otra temporada
nuevas flores aparecen en las ramas del árbol,
Nuevas metas son planteadas, nuevos sueños son soñados.
Y aunque este ciclo se repita, las flores se caigan,
las esperanzas se rompan,
nacerán otras una y otra vez, y en algún momento,
alguna, una de mil intentos deberá perdurar.
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Ana
hermoso (: no pudiste aberlo dicho mejor ^w^
ResponderEliminartqmm :D