viernes, 30 de marzo de 2012

De la vida, un poco más...

Hoy fue un gran día. La última semana ha sido muy buena en general. Por fin de vacaciones, hay días para descansar :)

Como extraño venir a escribir por acá, pero justo cuando lo hago mi mente está en blanco y no sé que decir, es raro porque viendo entradas pasadas, del muy-pero-no-tan-lejano pasado, escribía lo que sentía y como venía a mi cabeza. He cambiado en ese aspecto y no sé si es para bien o para mal. En fin, intentaré traer eso a mi presente, en estos días en que finalmente tendré la libertad para perderme en los rincones de mi mente y venir a plasmar las ideas que vengan como si estuviera en mi cuaderno dibujando. Por hoy, lo intentaré.

Hoy. Me levanté con un poco de ánimos, como no queriendo empezar el día aun cuando sabía que es el último para por fin descansar. Mis ojos aún con sueño se rehusaban a abrirse completamente al mundo inclusive ya estando sentada en la banca de mi salón, se volvieron a cerrar para encontrarse con la clase a punto de comenzar. Descubría un forma de arte, me fue explicada y perdí el recelo hacia la misma, por otro lado aprendí que al perderte en lo que haces, lo que amas, ese tipo de catársis es lo que te hace en cierto modo un artista, dejándote llevar por el momento y después intentar comprender porqué lo hiciste. Historia del arte definitivamente es una de mis materias favoritas.

Luego vino, la segunda parte de la clase. Tutorías jeje, aprendiendo como debo sentarme y hacer ejercicios, mejorar la postura, cosa que me vino como anillo al dedo porque literalmente es algo que tengo en contra. Mmm, pasó la hora relajada y a pesar de que decía no querer tocar ese bonito piano, por dentro sabía que mentía. Mi amigo Carlos, me convenció XD, quien por cierto toca genial n_____n Pero yo, mhm. Es realmente... desesperante. Esa es la palabra, desesperación es lo que me invadió cuando intentaba tocar esas melodías que en un momento sabía y me había costado mucho sacarlas adelante. Frustración, ver que mis dedos se movían torpemente en algunos pedazos mientras mi mente trataba de recordar las notas que debían ser tocadas. Ansias, saber que puedo hacerlo pero en ese momento no podía. Y, melancolía, al recordar esos días en que podría pasarme las horas tocando las canciones que me gustan, tratando de aprender otra nueva, buscando partituras de canciones que me decía a mí misma: Cuando termine la anterior, sigo con esta. En fin, tal momento se compensaba pensando que estaba tocando un piano de cola jaja. Rara, lo sé, lo soy.

Después, una sonrisa y un saludo para alegrar el día, más de lo debido. Son esos momentos en los que todo lo anterior desaparece momentáneamente y de repente te encuentras sonriendo. Curioso. Como esperaba revelar en clase de fotografía, dije yo: ¡Oh sí! Nada mejor que revelar mi rollo en el último día de clases e irme con los bonitos negativos, feliz de la vida. Tristemente, no lo hicimos pero dio tiempo de ir a pasear, comprar botellas y aprender algo nuevo de fotografía y 3d jeje. El día seguía siendo muy bueno. Otro curioso encuentro jaja, doble, con una persona que no conozco. Lo curioso de las palabras, cuando dices «Nunca» pasa todo lo contrario. Dije: una persona que no volveré a ver nunca en mi vida (o al menos lo pensé) y unos cuantos (quizá muchos) pasos después ocurre. No cabe duda que la vida, el tiempo, el destino, y todo lo que se le parezca me seguirá sorprendiendo. Luego, para terminar la mañana, ver una cara tan conocida, de un gran amigo y poder pasar tiempo con él después de tantos meses sin verlo... Esperen, creo que fue un mes nada más jajaja. Aún así, el tiempo pasó tan lento que pareciese una eternidad. Me agradó mucho poder platicar con él como en los viejos tiempos, compartir un rico baguette (oh cómo moríamos de hambre jajajajaja), un muy buen rato. Te extraño Benja, ¡vamos para 9 años! ¡Amistad inquebrantable!

Y de ahí en adelante, la tarde se me pasó, se esfumó de entre mis dedos en un parpadeo. Literal, me quedé dormida. Quizá fue el cansancio de la mañana, tal vez el saber que por fin podría dormir bien sin tanto trabajo, probablemente el pensar que ya son vacaciones. Pero, ¡dormir! ¡Ja! Ahora me lo pregunto bien, ¿acaso algún día dormiré bien? Son las 12:16 justo en este momento que termino de escribir la entrada, no cabe duda. Siempre seré un búho-mapache. Búho por las noches, mapache en las mañanas (por eso de las ojeras) y la chica en la luna, toda la vida.

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